
El cielo soplando un arco iris hacia la tierra, regalando la visión, recordando el camino…, que sólo desde el corazón, desde el ser, podemos recordar
En tiempos revueltos, cuando el caos que precede a un nuevo modo de hacer y estar lo agita todo, nuestra tabla de salvación es nuestro barco, nuestra fortaleza interna, nuestra certeza, nuestro timón y nuestra brújula
Céntrate en aquello que te haga sentir vivo, que te encienda el corazón y el alma, enfoca ahí tu energía, tu visión, y agárrate a ese timón, con la brújula marcada en el momento en que se establece en ti esa visión, mantenla y no te muevas
Más allá de vientos y tempestades, sostén el timón, mantén tu brújula enfocada en el camino que viste en el momento de claridad
Sé flexible, y tal como hace el bambú, no te muevas del rumbo, pero aprende a surfear las olas, pequeñas y grandes, con flexibilidad. Y cuando te “encasquilles” y te sientas rígido, sé flexible y amoroso contigo, permite que se deshagan los condicionamientos que te llevan a la autoexigencia, a la culpa, al miedo, a no ser suficiente, a no hacerlo bien…, a lo que sea, ámate y abrázate lo suficientemente fuerte como para pasar esas tempestades crueles contigo mismo…
Deshaz los nudos, o, mejor dicho, permite que el amor los suelte, y tú lánzalos al mar, con amor y el alma expandida, con el corazón latiendo al compás de la tierra y el cielo…
Como siempre debió ser…
Maite Ramos