Como sucede con todo a lo largo de la vida, el corazón, poco a poco, y sobre todo cuando le llega el gran momento, re-descubre la verdad que se esconde a través de todo lo que le envuelve
Esa verdad se caracteriza por encontrarse en la simplicidad de la vida, en la simplicidad del movimiento cíclico, sincrónico, constante, cambiante, y a la vez permanente
Forma parte del pegamento que mantiene todo unido a través de lo que es verdadero
La Medicina Tradicional China no es, a mi modo de ver, exclusividad de China, sino que es una forma de ver, comprender y manifestar procesos vitales y de conexión y sincronicidad con la vida, un «listado» de datos, herramientas, verdades, que grandes maestros comprendieron, en su momento
Tuvieron la revelación en tiempos en que la vida era más simple y no hacía falta buscar complejidad en todo para ser escuchado
No hacía falta buscar ser escuchado, tan sólo se trataba de ser…
A eso regresa ahora el ser humano, a ser.., simplemente, tan simplemente que le cuesta horrores comprender la conexión del hombre con la naturaleza, con los ciclos de la vida, con su propio cuerpo…, comprender la conexión del ser humano con el cielo y con la tierra, comprender que cada órgano y víscera tiene una función amplia, más allá de una funcionalidad específica, y que no existen uno sin otro, del mismo modo en que el desequilibrio de cualquiera de ellos afecta inmediatamente al que depende más directamente de ese equilibrio, pero también a la totalidad
Real como la vida misma!
Comprender las bases de la Medicina Tradicional China es comprender la esencia que somos en relación con la naturaleza y con todo
Tuve la gran suerte de que todas estas verdades cayeran sobre mí (así fue, literalmente) a una edad temprana, en la que no lograba ajustarme a la idea de vida que veía a mi alrededor, y fue el chorro de agua fresca y claridad que necesitaba para re-conocer aquello que ya conocía, porque, en nuestro interior, llevamos dentro las verdades más sagradas, y en muchas ocasiones sólo necesitamos un pequeño recordatorio que nos despierte a lo que ya sabemos, permitiéndonos recordar lo obvio, y descartar lo que no sirve
El mundo es sencillo, y seguir el hilo de la simplicidad te re-conecta con lo obvio
Volver a la naturaleza, caminar entre árboles, sentir la caricia del viento, pisar las hojas, la hierba, oler los perfumes diversos de flores y esencias que nos envuelven…, nos ayuda a re-conectar con nuestro cuerpo, aquí, ahora
Y sentir nuestro cuerpo, cada órgano, cada víscera, cada meridiano, cada punto…, aprender, o, mejor dicho, re-cordar cómo se hace, re-aprender si hace falta, nos ubicará en una sabiduría que acompaña a la humanidad desde tiempos inmemoriables, una sabiduría que procede de más allá de un lugar, procede de la misma esencia del ser, y que es necesaria para reconectar-se y reconectar con todo y todos
Desconectados del mundo, no somos nada
Conectados con todo, somos el todo, aquí y ahora,
Maite Ramos
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